domingo, 30 de mayo de 2010

Nikandra Florez

Guerra fría

El término "guerra fría" fue por primera vez utilizado por el escritor español Don Juan Manuel en el siglo XIV. En su acepción moderna fue acuñado por Bernard Baruch, consejero del presidente Roosevelt, quién utilizó el término en un debate en 1947 y fue popularizado por el editorialista Walter Lippmann.
Este concepto designa esencialmente la larga y abierta rivalidad que enfrentó a EE.UU. y la Unión Soviética y sus respectivos aliados tras la segunda guerra mundial. Este conflicto fue la clave de las relaciones internacionales mundiales durante casi medio siglo y se libró en los frentes político, económica y propagandístico, pero solo de forma muy limitada en el frente militar.
El motivo de que la "guerra fría" no se convirtiera en "caliente" fue la aparición del arma nuclear. Antes de la bomba, la guerra era, como afirmó Clausewitz, la continuación de la política por otros medios, tras Hiroshima, la confrontación directa entre las potencias llevaba a la catástrofe general.
Los crecientes arsenales nucleares que las superpotencias fueron acumulando impidieron una guerra directa que nadie hubiera ganado, sin embargo, EE.UU. y la URSS y sus aliados utilizaron la intimidación, la propaganda, la subversión, la guerra local mediante aliados interpuestos...
Iniciada de forma clara y definitiva en 1947, tras un rápido proceso de deterioro en las relaciones de los antiguos aliados, la guerra fría alcanzó su cenit en 1948–53. Tras diversos períodos de distensión y enfrentamiento, la llegada de Gorbachov al poder en la URSS desencadenó un proceso que culminará con la desintegración de la URSS en 1991. La guerra fría había concluido.

BERLIN
La historia de Berlín en sí es la historia de la propia Alemania, tal y como la conocemos hoy día. Dos pueblos fundados alrededor del año 1200, Berlín y Cölln, se unieron en 1307 formando una sola ciudad de 7.000 habitantes que conservó el nombre de Berlín.
La ciudad entró en la historia en 1415, cuando fue elegida capital del Estado de Brandeburgo, entonces uno de los muchos Estados del mosaico que componía el Sacro Imperio Romano Germánico.
En 1759, Prusia Oriental estaba en poder de los rusos que habían tomado Berlín en el marco de la Guerra de los Siete Años. Rusia se retiró en 1762 debido a que, a la muerte de la emperatriz, su sucesor, Pedro III, que admiraba a Federico el Grande de Prusia, firmó un tratado de paz.
Por ser Brandeburgo parte del reino de Prusia, Berlín se convirtió en capital del Imperio alemán (en 1871) cuando Prusia logró la unificación de Alemania, tras derrotar primero a Austria en la guerra de las Siete Semanas (1866) y luego acabar con el Segundo Imperio Francés al vencer a su ejército en la Guerra Franco-prusiana. Desde entonces experimentó un considerable aumento demográfico, pasando de 824.484 habitantes en 1871 a 1.888.313 en 1900 y a 4.024.165 en 1925. La ciudad se convirtió en un referente cultural, arquitectónico y centro financiero a nivel mundial.
Capital de la Alemania nazi, Berlín alcanzó en 1939 su máximo demográfico con 4.338.756 habitantes. El Führer Adolf Hitler planificó obras urbanísticas de gran envergadura a cargo de Albert Speer y el renombramiento de esta como Germania, que no se llevaron a cabo debido al inicio de la Segunda Guerra Mundial, durante la cual la mayor parte la ciudad fue destruida por los bombardeos aéreos realizados por la Royal Air Force inglesa y la USAAF, la aviación de los Estados Unidos, a lo que se sumó la Batalla de Berlín contra el ejército soviético representado por Georgi Zhúkov. A resultas de bombardeos y batallas terrestres fallecieron miles de civiles. Tras la derrota del régimen nazi, Berlín fue dividida en cuatro sectores bajo administración de los cuatro aliados

VIETNAM
Para los Estados Unidos, el conflicto resultó ser la confrontación más larga en la que se han visto envueltas. Surgió el sentimiento de derrota o Síndrome de Vietnam en muchos ciudadanos, lo que se vio reflejado en el mundo cultural y la industria cinematográfica, así como en un repliegue de la política exterior hasta la elección de Ronald Reagan en 1980. El precio de la guerra en vidas para los Estados Unidos fue de 58.159 muertes y 2000 desaparecidos

CANAL DEL SUEZ
Las obras de excavación del canal se iniciaron oficialmente el 25 de abril de 1859 por la empresa de Ferdinand de Lesseps, autorizado por las autoridades egipcias de la época, y fue inaugurado en 1869. Para la ocasión, el compositor italiano Giuseppe Verdi compuso (por encargo) la ópera Aida. En el momento de la inauguración, Egipto poseía el 44% de las acciones y unos 21.000 franceses el resto.
El canal atravesaba el territorio egipcio. Lesseps logró obtener del gobernador de Egipto, Said Subí, la concesión para la construcción del canal. Después de la suscripción de 1858. Conforme al acuerdo que había sido firmado, Egipto concedía libremente las tierras, las canteras y una conducción de agua potable y proporcionaba a la sociedad creada por Lesseps las cuatro quintas partes de la mano de obra que era necesaria para la escombra, así es como una de las más grandes obras de la ingeniería del mundo fue realizada por decenas de miles de fellahs llevados por la fuerza desde todos los lugares de Egipto. En un principio no se disponía de maquinaria y todo tenía que hacerse a mano, en cifras oficiales murieron 20 trabajadores y el clima era malsano. El trabajo se aceleró después de la introducción de las dragas de cangilones.1
La construcción del canal de Suez marcó un hito en la historia de la tecnología ya que por primera vez se emplearon máquinas de excavación especialmente diseñadas para estas obras, con rendimientos desconocidos hasta esa época. En algo más de dos años se excavaron más de 50 millones de metros cúbicos, de los 75 millones del total de la obra

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